jueves, 6 de febrero de 2014

Conociendo España

INTRODUCCIÓN

     España forma parte de la Península Ibérica, nombre con el que se designa al espacio de tierras que limitan al Mediterráneo por Occidente. La Península Ibérica, siendo una única entidad física, la constituyen, sin embargo, además de España, que ocupa el 84 por ciento de ella, otras tres unidades políticas: Portugal, el diminuto Principado de Andorra y, finalmente, la presencia de la colonia inglesa de Gibraltar.

SITUACIÓN

     España es la tierra más meridional de Europa. Al mismo tiempo, por su longitud geográfica es la porción más occidental del citado continente.
     Delimitada entre el Atlántico y el Mediterráneo, estas dos masas de agua, de importancia desigual, ejercen en nuestro país influencias decisivas. Una buena parte de la Península, especialmente la costa Este y las regiones del Sur, experimentan un clima mediterráneo, con caracteres típicos de la transición entre los europeos más específicos y lo propiamente africano. 
     La personalidad española es poco europea, más semejante a África, de la que por otro lado, sólo la separan 14 kilómetros del estrecho de Gibraltar.

CLIMA

     Entre Europa y África, entre el Atlántico y el Mediterráneo, con un relieve de entidad suficiente para jugar como factor, la característica esencial de nuestro clima es la diversidad.
     Para conocer nuestro clima será preciso, saber cómo se presentan en nuestro territorio los elementos básicos de todo clima: presiones, temperaturas y precipitaciones.

  • Presiones: España se halla sometida a la variedad de centros de presión que se derivan de las propias variaciones estacionales de sus temperaturas. En cualquier caso, se puede sintetizar afirmando que hay un predominio de la alta presión que al final de enero alcanza su máxima expresión, descendiendo luego bruscamente hasta el mínimo de abril volviendo a subir posteriormente hasta el mes de junio, e iniciando nuevo descenso hasta el otro mínimo, que sucede en los meses de octubre-noviembre.
  • Temperaturas: nuestra posición meridional y la mayor influencia reguladora del Atlántico propician una disposición de nuestras temperaturas de forma que puede decirse que crecen de Norte a Sur y de Oeste a Este. Las estaciones extremas, inviernos y veranos, se manifiestan claramente, especialmente en las zonas interiores. Así la Submeseta Norte puede alcanzar los 40º en verano y bajar hasta los 15º extremos en invierno. Las máximas totales se suelen alcanzar en el interior del valle del Guadalquivir, en aquellos lugares en que se hace perceptible la influencia sahariana.
  • Humedad y precipitaciones: en cuanto a las precipitaciones se observa una menos irregularidad en los litorales que en el interior. A grandes rasgos, se puede afirmar que la atmósfera seca predomina sobre la húmeda en nuestro país. Los índices mayores de humedad se localizan en el litoral gallego-cantábrico. Por el contrario, cielos secos y azules destacan en la depresión del Guadalquivir. La Meseta y la región del Ebro presentan índices de humedad invernales notables.



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